El Economista Prudente

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Response to Robert Blumen on Deflation: Money is not Credit

Robert Blumen wrote an article at the Mises Institute about Deflation  mainly discussing Robert Prechter views, here is the link:  Deflation Confusion: Money is not credit.

Robert Blumen is right, Money is not Credit.  But the problem is that the current economic theories do not differenciate them properly, including the classic austrian school of economics.  In fact Mises did include Credit «Money» within the same category of Commodity Money (Money Proper or Money in the narrower sense).   Indeed, just the term Credit «Money» is really confusing, that´s why I am quoting the word money in that context.

Considering credit «money«, which is a future good, within the same category of commodity money, which is a present good, leads to tremendous errors.   For example, it leads to consider that someone lending out credit «money» is granting credit when in most cases is totally the opposite, he is receiving credit because he is issuing debt.

Only the owners of present goods shall grant credit.   The definition of credit is lending out present goods in exchange of future goods (promises to deliver present goods in the future).

Once you are aware of this, it is very easy to see how Central Banks are not lenders of last resort but borrowers of last resort, and that commercial banks are mainly debtors.  Just have a look at their balance sheet, their equity is ridiculous.  Banks are way more than 90% indebted.   Who are the creditors then? The creditors are the agents that give away present goods in exchange of Dollars, Sterling or Euros, which are future goods (bank liabilities), and those agents are mainly the «free» market (i.e. almost everyone except the banking system and the State).

So, I think that Robert Prechter´s understanding of  current monetary system is superior than that of many austrian scholars, because he has noticed that today´s money is not money, it´s credit used as a medium of exchange.  Unfortunately there´s been a long time since we don´t use money anymore (money understood as a present good).   By the way, Mises failed on providing a monetary theory that clearly separates money from credit, but at least he noted 100 years ago that most fiat currency systems are in fact credit currency systems (p. 59 of Theory of Money and Credit).  It is unbelievable how most austrians scholars describe our current monetary system as fiat!!

If we have a huge credit contraction, banks are not going to be able to issue new currency, because banks issue additional new currency when they «lend» new credit.  But if agents are not borrowing and instead they are paying down debts, then dollars are being withdrawn from the system, these dollars will just disappear when used to pay down debts the same way they were created.

Remember, credit is inflationary at the moment of its monetization, but it is deflationary for the rest of its existence.   There is a crucial difference between fiat currency and credit currency, the former will always remain in the system unless the issuer withdraws it, the later will expire at some point in the future.

But all this credit contraction won´t happen as long as the main credit bubble, which is the Bond market, does not implode, because the Bond market is still allowing the government to issue new debt, so the banking system still has fresh new debt to be monetized and therefore pump new dollars into the system.  These new dollars are still enough to offset the destruction of dollars caused by maturing outstanding debt.

Regarding austrian monetary theory, the austrian economist Carlos Bondone provides the solution.  Departing from Carl Menger and disregarding the errors of Mises and Hayek, he proposes the following new monetary structure:

Currency:  Indirect medium of exchange and unit of account.  Currency Types:

  • Money: Present good when it is used as currency (wheat, cattle, gold, silver, deposit certificates of gold or silver, etc.).
  • Credit currency:  Any currency that is not money, it can only be credit.  Then there are the following types of credit currencies:
    • Regular Credit currency:  When the present good that cancels the debt is specified, and so is its quality, quantity and due date.  This is the case for real bills maturing in gold or old bank bills that where redeemable for gold or silver.
    • Irregular Credit Currency:  When the present good that cancels the debt is not specifed or its quality or its quantity or its due date.  This is the case for today´s currencies such as dollars or euros.

It is extremely important to clearly separate money from credit, so everyone can understand that credit currency is not money regardless that both of them may be used as currency (medium of exchange).   Considering credit as a perfect substitute of money is as dangerous as using vacuum instead of air to keep a ship afloat.

La especulación contra el Euro, y otras monedas

En los últimos dos años ha tomado relevancia en los medios la especulación bajista contra empresas cotizadas, normalmente bancos, o contra bonos soberanos.   La especulación bajista (ponerse corto) consiste en vender las mencionadas acciones o bonos sin tenerlos, esperando a que bajen de precio para recomprarlos más baratos e ingresar el beneficio resultante.   Los malvadísimos especuladores hacen esto cuando tienen expectativa de que las acciones o los bonos vayan a bajar.

Esta actividad tiene una peculiaridad, y es que estos especuladores están forzados a comprar tarde o temprano si quieren cerrar su operación.  Y para el que piense que esta es una actividad donde se gana dinero fácil, nada más lejos de la realidad.  ¡Los riesgos son elevadísimos!, para muestra un botón: Las enormes pérdidas que sufrió el multimillonario alemán Adolf Merckle por especular contra las acciones de Volkswagen en 2009.    Por eso los especuladores no se ponen cortos sobre cualquier activo, menos aun si es un activo solvente porque les puede llevar a la más absoluta de las ruinas.

Pues bien, hay otra modalidad mucho más habitual de hacer exactamente la misma operación, pero en vez de hacerlo contra bonos o acciones, lo hacemos contra la moneda.    Esa operación es sencillamente endeudarse.   Vendemos una moneda que no tenemos a cambio de, por ejemplo una casa, unas acciones u otra divisa.  Esperando que el valor de la moneda en la que nos hemos endeudado baje con respecto a la casa, las acciones o la divisa en cuestión y así embolsarnos la diferencia.    Hipotecarnos para comprar una casa es sinónimo de ¡¡ponernos cortos!! en la moneda en cuestión, es especular a la baja contra la moneda exactamente igual que hacen los especuladores cuando venden bonos soberanos en descubierto.   O simplemente el que vende moneda para comprar una casa a modo de inversión, en cierto modo huye de la moneda por temor a que sus ahorros mengüen.

No es necesario que la casa incremente su valor, también nos sirve con que la moneda se devalúe contra la casa, y eso se produciría si más gente hace lo mismo que yo, porque al endeudarse introducen muchas más monedas en el sistema y por tanto al haber más cantidad, su valor baja.   ¿Esto de ganar por el simple hecho de que todo el mundo haga lo mismo que yo, suena a burbuja, verdad?.  Si, suena por que lo es en toda regla.  Es de hecho la burbuja que genera el resto de burbujas que suelen identificarse habitualmente (inmobiliaria, .com, materias primas, tulipanes, etc) y que son tan solo síntomas de la primera.

Pues bien, ¿Que pasa si tenemos una moneda sistemáticamente débil, que continuamente pierde valor?  Pues que fomentamos que todo el mundo adopte posiciones cortas contra ella.   No ya sofisticados especuladores de Wall Street, si no cualquiera lo puede hacer, porque es suficiente ir al banco pedir un préstamo y comprar el activo de nuestra preferencia (inmuebles, oro, joyas, acciones, etc…).  ¿Que estamos fomentando?:  El endeudamiento masivo, la especulación sistemática contra la moneda.  ¿Para que producir si puedo ganar dinero especulando contra la moneda?

¿Y cual es el resultado de todo esto?  Pues como todo el mundo se endeuda, y cuanto más nos endeudamos más moneda hay en circulación, su precio baja y alimenta endeudamiento adicional.    Un circulo vicioso que solo puede llevar a una burbuja de crédito, que será más grande cuanto más tiempo dure la situación.

Esto mismo es lo que fomentan todos aquellos que propugnan la emisión de más moneda y la devaluación para resolver la crisis que padecemos.  Si señor, una gran solución.  Esto es lo que se han conseguido los últimos 40 años con esa actitud:

¿Es posible que los bancos concedan más crédito que ahorro disponible? II

En el post anterior no quise entrar en ejemplos más complejos como el funcionamiento de una titulización hipotecaria o la adquisición de bonos, por simplificar.   Pero ya que más de un lector de facebook me ha preguntado,  paso a describir como sería.

La cuestión es que al final veréis como siempre se llega a un bien presente.  Analicemos la compra de un bono del tesoro:

  1. Un abogado recibe unos honorarios de 2.000€ a cambio de su trabajo.   Su trabajo es el bien presente, y los 2.000€ de su salario el bien futuro.    El abogado otorga crédito a su cliente a través del banco al aceptar los Euros a cambio de su trabajo.
  2. El abogado decide acudir a una subasta de bonos del Tesoro, cambia los Euros por bonos y pasa a convertirse en acreedor del Tesoro en lugar de acreedor del Banco.  Intercambia bienes futuros (Euros) por bienes futuros (Bonos).
  3. En este momento parece que el Tesoro ha conseguido los Euros sin dar un bien presente a cambio,  y parece que hay más bienes futuros que bienes presentes en el sistema (más crédito que ahorro)  ¿Estan los bonos respaldados por un ahorro futuro que aun no existe que son las recaudaciones de impuestos futuras?  No, esas recaudaciones servirán para pagar el bono cuando venza.    Lo que respalda el Bono son bienes presentes como el material de oficina que que el ministerio compra o el trabajo desempeñado por los funcionarios, que aceptan aquellos Euros resultantes de la venta del bono como salario.  Los ministerios o administraciones de turno se endeudan a través del Tesoro para pagar todos esos bienes presentes, esa es la razón por la que el Tesoro se endeuda y el origen de la necesidad de emitir bonos.

Por reducción al absurdo, si no existiesen bienes o servicios que el Tesoro pudiese adquirir, ni ningún funcionario al que pagar, la emisión de Bonos sería una transacción estéril y sin ningún sentido económico (pagar intereses para nada), no se emitirían.   Lo mismo pasaría si los proveedores y trabajadores se negasen a aceptar los Euros que les quiere dar el Tesoro.

¿Es posible que los bancos concedan más crédito que ahorro disponible?

Rotundamente no.  Y no es posible porque el crédito consiste en el intercambio de bienes presentes (ahorro) por bienes futuros.  Para entendernos, yo te compro algo que tú me entregas hoy (bien presente / ahorro) , y a cambio yo me comprometo a devolverte algo en el futuro (bien futuro).

La Teoría del Tiempo Económico de Carlos Bondone demuestra que la moneda, cuando es crédito, tiene su origen en el mercado, porque es el mercado quien le otorga valor al aceptarla a cambio de entregar bienes presentes.

La Teoría Austriaca del Ciclo Económico sostiene que uno de los principales motivos de los ciclos económicos y las consecuentes crisis es el hecho de que el sistema bancario conceda más crédito del ahorro que hay disponible.   Por ejemplo:  Un minero que tiene 100 monedas de oro las presta a un Banco durante 5 meses, y el Banco se las presta a un emprendedor durante 5 años.   Según los austriacos tendríamos más promesas que ahorro disponible (100 monedas de oro), y no creo que sea así por las siguientes razones:

  1. Para empezar aquí el Banco no es quien origina el crédito, tan solo lo intermedia.  El que concede crédito es el Minero, que es el que entrega bienes presentes.   El Banco no es propietario de ningún bien presente.
  2. Durante los primeros 5 meses el Minero renuncia a disponer de sus monedas de oro, por lo que solo el emprendedor hace uso del ahorro disponible, que sería 100.  No hay doble disposición.
  3. Llegado el quinto mes, cuando el Minero reclama sus monedas de vuelta, el Banco no se las podrá devolver, con lo cual el Minero tendrá que esperar 5 años hasta poder disponer de sus monedas.  Tampoco hay doble disposición.

Sin embargo, estaremos de acuerdo que la actitud del Banco no es realista, porque sabe muy bien que en 5 meses se descubrirá el pastel y el enfado del Minero será monumental.   Tiene que idear algo para poder salirse con la suya.   Y lo realista en este caso sería que por ejemplo el Banco le entregue al Minero un papel donde promete entregar 100 monedas de oro pero sin ninguna fecha de vencimiento que obligue al banco a entregarle el oro al Minero.    Así, el banquero solo actuaría de la forma en que lo hace cuando sabe que el Minero consentirá en aceptar que ese papel es tan valioso como el oro y que puede usarlo para comprar cosas.  Con esto el Banco consigue que el Minero renuncie a sus monedas de oro de forma indefinida.

Es en esta situación cuando verdaderamente podríamos plantearnos una doble disponibilidad sobre las 100 monedas de oro.    Recordemos que el emprendedor dispone de ellas durante 5 años, y ahora el Minero también puede hacer compras con su promesa ¿con cargo a esas mismas monedas de oro?.     Pues realmente eso no es así.  ¿Por qué? porque cuando el minero compre por ejemplo herramientas para extraer oro, quien está otorgando crédito es el propietario de las herramientas, que entrega un bien presente (las herramientas)  a cambio de un bien futuro (la promesa del Banco que le entrega el minero al dueño de las herramientas).

Las 100 monedas de oro están respaldadas por el ahorro que ellas mismas representan, y la promesa de entrega de 100 monedas está respaldada por el ahorro que representan las herramientas, y esto último es así porque quien otorgó valor a la promesa fue el propietario de las herramientas y no ninguna otra persona.   Si el propietario de las herramientas no otorga crédito a la promesa, ésta jamás podrá circular.    Y tampoco podría circular si no existiese nada que comprar, sería un papel estéril guardado en un cajón que no tendría ningún efecto en la economía.

Para que sea más sencillo supongamos que en la economía no hay más personas que el Minero, el Banquero y el Emprendedor, y que quien fabrica las herramientas es el Emprendedor.    De forma que el Minero solo podrá comprar las herramientas cuando estén acabadas, pongamos que en 2 meses.  Un momento, ¿Entonces la promesa está emitida contra el ahorro futuro del Emprendedor?   Tampoco, porque desde un punto de vista económico a nosotros solo nos preocupa la promesa cuando se intercambia, no cuando por la razón que sea esté en un cajón guardada.       Otra forma de verlo:  ¿Que efecto tiene en la economía el hecho de que alguien, por muy honorable y cumplidor que sea, firme pagarés para  guardados en un cajón? Evidentemente ninguno.

Por tanto, la promesa solo afecta a la economía en el momento que se intercambia.   Y si se intercambia es porque existen bienes presentes que adquirir, es decir, existe ahorro que se corresponde en valor con esas promesas.   En nuestro ejemplo serían las herramientas.   Mientras el minero no haga uso de la promesa, no hay doble disponibilidad sobre el único ahorro existente (las 100 monedas), y cuando la usa es porque ya existe el ahorro adicional correspondiente.

¿Cual es el problema entonces?    El problema es que por ejemplo el Emprendedor pierda las 100 monedas de oro, es decir que dilapide o consuma el ahorro existente.

Hablando ya en general, el problema es que pretendemos poner a trabajar un porcentaje muy elevado de todo nuestro ahorro, y eso es extremadamente arriesgado.     Cuando gran parte del ahorro existente está «hipotecado» corremos el riesgo de que a la mínima fluctuación en la cantidad o  valor de ese ahorro y/o en las rentas que pueda producir ese ahorro, se produzca una quiebra del sistema.    Es decir en el momento que se concede crédito, el ahorro tiene que existir, pero lo que si puede pasar es que una vez concedidos los créditos se produzca un descenso en la cantidad o valor del ahorro, y solo a partir de entonces es cuando el valor de las promesas podría ser mayor que el ahorro.   Es decir «Activo < Pasivo = Quiebra».

Los principios básicos del capitalismo, o sin ponernos tan técnicos la Fábula de la Cigarra y la Hormiga, nos hacen ver que la acumulación de capital (el ahorro) es imprescindible si queremos ser prósperos.    Pero si vía crédito disponemos de todo el ahorro existente para consumirlo o ponerlo en riesgo (invertirlo), no tendremos suficiente ahorro apartado para solventar la situación en caso de que las cosas salgan mal.   Igual que un explorador que emprende una travesía por el desierto sin llevar consigo agua «ahorrada», confiando en encontrar un oasis cada vez que la sed apriete.

Enlace al siguiente post de esta serie –>

Respuesta al artículo «Seis Falacias sobre los Bancos Centrales» de J. Jacks (Blog «Desde Londres» en Cotizalia)

Lo primero que quiero dejar claro es que la crítica de esta respuesta es totalmente constructiva.  Aunque mis discrepancias en cuestiones técnicas con J. Jacks (en adelante DL) sean muy importantes, creo que si estamos de acuerdo en nuestro rechazo al sistema monetario que tenemos.   Este es el enlace al artículo de DL.  Voy al grano:

Falacia 1: Los Bancos Centrales imprimen dineroDe acuerdo con DL, pero no por le hecho de que no impriman billetes o impriman pocos, porque los billetes también son crédito (pasivos del Banco Central).  Y el hecho de que las anotaciones sean electrónicas no las hace más «irreales» o «artificales» que los billetes en papel.   Tanto una cosa como otra son la representación de un apunte contable en el pasivo de un banco, que el medio de representación sea en papel o electrónico es poco relevante.   Cualquier cosa que se use como medio de cambio generalizado puede ser moneda, ya sea una cabra, una moneda de oro,  una factura endosable de El Corte Ingles , un billete de banco o una cuenta corriente en un banco online.    Si esa cosa es un pasivo, hablamos de moneda-crédito.  Si esa cosa es un bien presente, entonces hablamos de dinero.   Todo lo que emiten los bancos de hoy día es crédito que usamos como moneda, no dinero (entendido como bien presente).  Al que le interese profundizar en este tema, puede pinchar en este enlace.

Falacia 2: ahora se pide que el BCE haga “cosas extraordinarias”: De acuerdo con que los BC siempre se han dedicado, desgraciadamente, a comprar deuda soberana.  Discrepo totalmente que via miedo y decreto de precios el BCE pueda manipular el mercado de deuda.   Es lo que está intentando y no lo consigue.   Se dirá que no lo intenta con la suficiente determinación.   Pues bien, si el BCE decidiese comprar la deuda italiana al 1%, todo el mercado querrá vendersela al BCE, y despues nadie estará dispuesto a comprar deuda italiana al 1%, con lo que el BCE e Italia se quedaran totalmente solos en sus operaciones, con el tremendo riesgo para el BCE de que el mercado empiece a considerar que Euro y Bono italiano son la misma cosa, de nada le serviría al BCE tener el bono italiano al 1% si como consecuencia el Euro se desploma estrepitosamente.  No solo no arreglaría el problema de Italia, sino que pondría en altísimo riesgo la propia supervivencia del BCE y del Euro.   Esta es la razón por la que el BCE no se tira de boca a comprar deuda periférica, su única posibilidad es ir de farol con compras en momentos puntuales, que es lo que está haciendo y no está funcionando porque el mercado no se chupa el dedo.

Exactamente lo mismo la pasaría a la Reserva Federal si por la razón que sea el mercado percibe riesgo de que EEUU vaya a impagar y el bono americano se desplomase.  Si la Fed comprase todos los bonos para evitar su caída convertiría al dólar y al bono en practicamente la misma cosa, no arreglaría nada.

Falacia 3: los gobiernos derrochadores quieren que el BCE monetice el déficit: Esta entra en conflicto con la anterior ¿Para que iba a querer comprar el BCE la deuda de Italia sino es para que ésta financie su déficit?. 

Falacia 4: si el BCE interviene crea inflación:  Con esta estoy básicamente de acuerdo.

Falacia 5: de la inflación a la hiperinflación, al caos y al fin del mundo: De acuerdo, pero no por las razones que expone.  Basicamente la hiperinflación es poco factible porque es lo que ya hemos sufrido en los últimos 40 años!!!! (el dolar no vale ni un 5% de lo que valía entonces), hiperinflación que fue consecuencia del crecimiento de una descomunal burbuja de crédito.  Ahora estamos ante el colapso de esa enorme burbuja, lógicamente la consecuencia ha de ser la contraria y la natural en una contracción de crédito:  Deflación.

Falacia 6: el Bundesbank siempre fue independiente de decisiones políticas: Totalmente de acuerdo.   Kohl se plegó a Miterrand y cedió abandonar el Marco a cambio de que éste le permitiese reunificarse, obviamente el Bundesbank acató todo esto sin rechistar.  De todas formas el canciller Kohl no tenía más remedio que plegarse porque Alemania seguía siendo un pais ocupado por aliados y rusos a principios de los 90, que fue cuando se fraguó todo este asunto.

Sobre el agotamiento de recursos naturales («peak oil»)

Antes de nada quiero dejar claro que no soy un experto en temas de energía ni geología, pero la idea de este post no es entrar en profundidad sobre el asunto, sino simplemente tratar de buscar una buena forma de medir los precios de los recursos naturales, en concreto el precio del petroleo.

Como he comentado varias veces en distintos posts de este blog, el dólar (y cualquier otra moneda actual) es un instrumento de medida de valor muy malo ya que su valor fluctúa muchísimo, especialmente en el largo plazo.  Entonces, ¿Podríamos utilizar el oro como vara de medir?

Antes de responder esa pregunta, hay que tener en cuenta que en economía todos los precios son relativos.   El concepto precio es de hecho la relación de intercambio entre dos bienes (un cubata por 8 Euros, o 2 huevos por 1 tomate) , y en esa relación pesan las valoraciones de ambos bienes, no importa que uno de los bienes sea moneda (precios monetarios) o no (trueque).   Con el oro pasa exactamente igual, porque por muy estable que sea el valor del oro (que de hecho lo es),  su valor obviamente también fluctúa.

Ante una situación de escasez de recursos naturales y sobre todo ante una situación de escasez de energía (petróleo), los costes de extracción del oro también subirían, porque la producción de oro requiere de mucha energía.   Pero cuidado, mayores costes no implican necesariamente mayores precios, porque los precios dependen en primera instancia de que el bien en cuestión sea útil o necesario, y de la relación de esa utilidad con la cantidad existente del bien (utilidad marginal).

A diferencia del petróleo, el oro no se consume.  Prácticamente todo el oro que la humanidad ha extraído a lo largo de la historia sigue sobre la superficie de la tierra y se sigue usando.   La utilidad principal del oro es su uso monetario o su uso como depósito de valor, incluso el oro destinado a joyería, que representa el 75% de la producción anual aproximadamente, también cumple el fin de depósito de valor y es reciclable practicamente en su totalidad.   

A lo que voy es que si damos por cierto que hemos llegado irremediablemente a una situación «peak» en nuestros recursos naturales, y en especial en lo referente al petróleo («peak oil»), y todo ello desemboca en una economía que cada vez es capaz de producir menos bienes, entonces es irrelevante que sea más caro producir oro porque en una situación así, es más que suficiente con el oro que ya tenemos, incluso es posible que nos sobre oro (siempre bajo la premisa de que la economía ya solo podría decrecer).     Por tanto, creo que si se estuviese acabando el petróleo, éste debería revalorizarse claramente con respecto al oro, y de momento no es así.  Sigue en la misma franja de fluctuación de siempre:


A diferencia de los recursos energéticos, que son un ingrediente indispensable para poder producir, el oro es un bien auxiliar a la economía, cuya función principal es proporcionar liquidez y/o depósito de valor a los agentes.  Es decir, estoy de acuerdo que la economía difícilmente podría progresar sin energía, y en la sociedad actual una gran escasez de energía implicaría con mucha seguridad subidas en su precio.     Pero con respecto al oro, una economía podría vivir perfectamente sin una sola pepita.  Aun siendo el mejor dinero que existe, el oro no es un input imprescindible para el desarrollo económico.

¿Que es el interés y que tiene que ver con el tiempo?

El tiempo es un concepto con el que estamos acostumbrados a tratar de forma cotidiana.  Horas, minutos, meses, años… son las unidades de las que nos hemos provisto para poder manejarnos bien en el concepto tiempo.

Cuantificar el tiempo en unidades estándar es simplemente una cuestión práctica, posiblemente lo hacemos porque trasladamos la misma forma de trabajar que tenemos con el espacio (metros, millas, kilómetros), que es algo mucho más tangible y físico.

El caso es que la «espacialización» del tiempo partiéndolo en unidades estándar como días o segundos es muy útil en la física, y también es muy útil en economía.    Pero hemos de tener cuidado al trasladar los conceptos de la física a los conceptos de la economía.  Ya decía Heráclito que lo único permanente es el cambio en si mismo.  El tiempo es cambio, y sin cambio no puede haber tiempo.   En definitiva, el tiempo es una sucesión de cambios.

En física los cambios son achacables sobre todo a la acción natural (la gravedad, el óxido de un metal, la maduración de un fruto, etc…).  En economía además de la acción natural deberemos tener mucho más en cuenta los cambios inducidos por la acción humana.

Si tenemos en cuenta la teoría del valor subjetivo, el hecho de advertir que el tiempo es una sucesión de cambios es muy importante.  ¿Por qué? Porque cuando consideramos útil un bien, por ejemplo un vaso de agua, lo más importante en esa consideración es lo sedientos que estemos, no el vaso de agua en si.   Y todo cambio en nuestro nivel de sed implicará una valoración distinta del mismo vaso de agua.   Muy simplificadamente, esto es la teoría del valor subjetivo puesta en relación con el tiempo (entendido como cambio).

En este sentido, no solo es relevante que un bien pueda o no permanecer fisicamente inalterado, o incluso que pueda crecer o dar frutos.  Como exponíamos más arriba con el ejemplo del vaso de agua y nuestro nivel de sed, son tan importantes o incluso a veces más, los cambios en nuestra apreciación subjetiva de los bienes.  No valoramos igual una manta en verano que en invierno, y sin embargo la manta es fisicamente la misma en ambos momentos.  Mientras la manta no se deteriore significativamente sería admisible decir que es la misma manta en términos físicos, sin embargo es distinta en términos económicos!!

Por eso el enfoque de la Teoría de la Preferencia Temporal no es adecuado.  La teoría de la preferencia temporal pretende comparar un mismo bien en el presente y en el futuro, cuando no pueden ser idénticos.  Sobre todo porque ya hemos visto que lo importante no es el bien en si, sino el sujeto que lo valora.  La preferencia temporal dice:  «A igualdad de circunstancias (ceteris paribus) el ser humano prefiere los bienes presentes a los bienes futuros».   Esta afirmación tiene los siguientes problemas:

  • Si introducimos la condición «a igualdad de circunstancias» (o «ceteris paribus«) estamos poniendo la condición de que nada cambie, y si nada cambia entonces no transcurre tiempo.  Y si no transcurre tiempo,  los bienes futuros no son tales.   No olvidemos que el tiempo no son segundos o minutos, el tiempo es cambio.
  • Además, la utilización del condicionante ceteres paribus denota un tratamiento lineal del tiempo, como si lo relevante fuese que únicamente  transcurran dias, meses o años, que solo son conceptos abstractos, cuando lo importante son los cambios que se producen.   El cambio no se produce necesariamente de forma lineal y constante, también puede producirse de forma abrupta e irregular.

Por eso el tiempo es valioso.   Porque tenemos una absoluta falta de control sobre el tiempo, nos produce incertidumbre (cambios), y sobre todo el hecho de que la disponibilidad de tiempo es muy escasa y limitada, y por tanto valiosa, para el ser humano.   Y ya sabemos que todo lo que el ser humano valora es susceptible de intercambiarse.  Y si algo se intercambia automáticamente genera un precio. ¿Cual sería entonces el precio del tiempo cuando se intercambia?: El interés.

Pero claro, el tiempo no se puede intercambiar así como así porque no es algo tangible.  El tiempo se tiene que materializar en otros bienes para poder ser intercambiado, de la misma forma que la música, cuando no es en directo, se intercambia a través de en un soporte (una partitura, un CD o un mp3).

¿Y como se materializa el tiempo en un bien?  Pues a través del préstamo de bienes presentes.  Si yo necesito trigo y  tengo un campo de trigo ,y  además se que con mucha probabilidad en un plazo de tiempo dispondré de una cosecha de grano, puedo pedirlo prestado y devolverlo cuando coseche mi propio campo.  No tengo la total certeza pero si la suficiente seguridad, siempre subjetiva, de que dispondré de ese grano en el futuro para poder devolverlo.

Yo no tengo la capacidad de hacer que pase el tiempo más rápido en mi campo de trigo para cosechar antes, es imposible.   Lo único que está en mi mano  es pedir el grano que necesite  prestado,  y lo hago  porque tengo la suficiente seguridad de que podré devolverlo en el futuro.   Mi problema no es el trigo, porque se que lo tendré, mi gran problema es el tiempo.  Por eso cuando pido el trigo prestado estoy en realidad intercambiando tiempo, y pagaré una contraprestación, el interés, por ese «pequeño viaje económico en el tiempo».

Este artículo pretende ser una puerta de entrada al nuevo trabajo de Carlos Bondone, donde realiza un análisis exhaustivo y brillante de las teorías del interés comparandólas con los planteamientos de su Teoría del Tiempo Económico (TTE), que ofrece un paradigma más general y por tanto más potente desde el punto de vista teórico.  Y digo más potente porque:

  1. trata el tiempo como un bien económico más respetando el axioma «propietario-bien económico-precio»
  2. y porque al mantener que el ser humano valora más los bienes económicos que estén en mejor relación temporal con la necesidad que satisfacen (manta en invierno vs. manta en verano), engloba  la preferencia por los bienes presentes como una particularidad de la teoría del interés, no una generalidad.  Ya que, por ejemplo, la preferencia permanente por los bienes presentes no explica satisfaccioriamente el ahorro ni la acumulación de capital, que consiste precisamente en preferir aplazar nuestras necesidades al futuro.

Para leer detalladamente el análisis de Carlos Bondone sobre la teoría del interés, aquí está el enlace al documento pdf completo.

¿Más estimulo monetario con la «Operación Twist»?»

Los medios de comunicación están especulando con las nuevas medidas de estímulo que podría poner en práctica la Reserva Federal, se habla de una nueva ronda de Quantitative Easing (QE) y sobre todo de la «Operación Twist». Esta operación consiste básicamente en utilizar los dolares resultantes del vencimiento de los bonos a corto plazo que la Fed compró durante el QE para comprar bonos a largo plazo.

Bien, pues esto en mi opinión no son nuevas medidas de estímulo, si no más bien la penintencia obligada del Quantitative Easing (QE).  El QE, como se está viendo ahora, sirvió de bien poco.   Pero el gran problema es que mientras que los planes QE en si mismos no incrementan la cantidad de moneda (solo la cambian de sitio), los vencimientos de los bonos comprados mediante QE si reducen la cantidad de moneda.    Por eso Bernanke no puede quedarse sin hacer nada si lo que pretende es que no se contraiga la masa monetaria.   Es esclavo de sus actos del pasado y se vé obligado a reinvertir los dolares obtenidos de los bonos que vencen en lugar de darlos de baja en su balance.

La operación Twist no es un nuevo estímulo.  La Operación Twist la hacen porque no les queda más remedio.

¿Inflación o Deflación? II

Este gráfico representa fielmente la frase:  «Puedes llevar el caballo hasta el río, pero no puedes obligarle a beber».    No importa cuanto baje Bernanke el interés al que presta la Fed, ni cuanta «liquidez» inyecte en el sistema.   Si no hay demanda de crédito, los préstamos no creceran y por tanto las inyecciones de dólares no circularán por la economía.

Las familias, las empresas y los Estados de prácticamente todo el mundo están ya absolutamente empachadaos de crédito, sus balances apenas admiten un céntimo más de pasivo.   Hasta que no se desinfle la descomunal burbuja de crédito que se ha construido durante los últimos 40 años y los agentes económicos liquiden su endeudamiento, es extremadamente complicado que «provoquen» la cantidad de inflación que pretenden (en concreto inflación crediticia).